El problema de la transferencia de valor
Bitcoin resuelve el problema de la transferencia de valor y por el camino genera los incentivos necesarios para resolver el problema de la generación de energía no contaminante
La energía tiene valor para nosotros porque nos permite calentarnos en invierno, refrescarnos en verano, conservar y cocinar los alimentos, desplazarnos a gran velocidad, iluminarnos por la noche, comunicarnos a grandes distancias, … Pero ya que la generación, conservación y transporte de la energía proveniente de productos que han almacenado la energía del sol, los combustibles fósiles, es muy contaminante, se genera un problema importante que tenemos que resolver. Cuánto deberíamos aprender de las plantas que no necesitan usar intermediarios para obtener la energía directamente del sol y sobre todo que no contaminan su entorno al hacerlo.
Con el dinero hasta hace poco ocurría algo similar, porque su generación, conservación y transporte no era del todo eficiente, sin tener que recurrir a intermediarios que podían ejercer todo tipo de condicionantes al realizar su función. Incluso llegando a establecer modelos de funcionamiento tan poco beneficiosos para las personas, como el que provocan los Estados con la inflación, que ha sido necesario crear una alternativa como es Bitcoin, que prescinde de esos intermediarios estableciendo un modelo de consenso en el que no es necesaria la confianza.
El dinero es una representación del valor y de la propiedad, que nos ayuda a realizar intercambios con otras personas, a prestarlo si nos sobra o recibirlo prestado si lo necesitamos; a ahorrarlo para cuando lo podamos necesitar y a invertirlo para obtener un beneficio futuro. Ahora gracias a Bitcoin contamos con un sistema que nos permite generar, conservar y transportar el valor de nuestro trabajo en forma de dinero. ¿Sería posible usar Bitcoin también para cumplir esa función en lo que se refiere a la energía?
No estoy en contra de los intermediarios, pero sí en contra de aquellos que han dejado de aportar valor y se mantienen gracias a los privilegios y subvenciones que les aportan los estados, que provienen a su vez de nuestros impuestos. La innovación es lo que deja fuera del mercado a esos intermediarios ineficientes que ya no aportan valor y lo que permite que el mercado a su vez se regenere, con el surgimiento de nuevas empresas que comienzan, a pensar en nuevas y mejores formas de ayudar a la gente, en lugar de en cómo mantener su status quo.
Lo que ahora necesitamos son empresas que sean capaces de innovar en lo que se refiere a generación, transporte y almacenamiento de la energía. Estas empresas podrán convertirse en intermediarios, pero valdrá la pena que estén ahí por el valor que pueden aportar. Y aquí Bitcoin puede hacer una gran aportación sirviendo como plataforma sobre la que operen esos intermediarios, del mismo modo que los mineros aportan valor asegurando las transacciones que se registran en la cadena de bloques, otras empresas pueden generar valor almacenando y transfiriendo la energía en forma de Bitcoin, como si de una batería se tratase.
Por esto me gusta Bitcoin, porque se convierte en un intermediario silencioso y eficiente para la transferencia de valor a lo largo del tiempo y del espacio, además de una fuente de innovación para todos aquellos que buscan un mundo menos intervenido por los agentes de poder y más descentralizado para devolver ese poder a las personas.
Uno de los mejores ejemplos de cómo se está generando esa innovación gracias a Bitcoin es la minería, ya que en el último año ha demostrado su poder de resiliencia al tener que mudarse de manera repentina entre países y de esta forma demostrar que es capaz de seguir funcionando pese a ser atacada por estados enormemente poderosos, como ha sido el caso de China. Así el sector de la minería de Bitcoin nos está dando una lección de tenacidad y de convicción al respecto de por qué vale la pena apostar por un dinero que no está controlado por ningún estado ni por ningún otro tipo de organización.
También en el ámbito de la minería encontramos el caso de empresas que están realizando apuestas importantes a nivel de innovación, como hemos conocido recientemente con el caso de Intel con el anuncio de la fabricación de un circuito integrado de tipo ASIC de ultra bajo voltaje y alta eficiencia energética.
El convencimiento con el que actúan todos los que se dedican a la minería de Bitcoin debería servir de inspiración al resto de personas, que muchas veces tenemos dudas al respecto del impacto que tendrá esta tecnología en el futuro a nivel económico y social. Sin embargo muchos de los mineros sí que han captado la esencia de lo que supone Bitcoin en cuanto a herramienta para la conservación del valor de la energía y la utilidad que ofrece para trasladar ese valor a lo largo del tiempo y del espacio.
La capacidad de Bitcoin de almacenar valor en forma de energía en la cadena de bloques a través de la prueba de trabajo y posteriormente poder extraer ese valor en forma de dinero, resulta tremendamente representativa al respecto de cómo la inteligencia humana inventa soluciones a problemas tremendamente complejos. En este caso se trata del problema del transporte de la energía que resulta muy costoso e ineficiente en los procesos tradicionales, pero que puede mejorar significativamente gracias a este intermediario silencioso que es Bitcoin.
Considerando que tenemos sobre nuestras cabezas una fuente inagotable de energía que está al acceso de prácticamente todo el mundo, de lo que se trata es de usar el valor que está logrando atraer Bitcoin como dinero del ciberespacio para dedicar una parte de ese valor a innovar en materia de producción energética, especialmente usando el sol para ello.
La situación energética en España es un buen ejemplo de lo que supone desarrollar una preferencia temporal alta en lo que se refiere a resolver las necesidades energéticas de un país, recurriendo al camino fácil, que es comprar la energía, en forma de gas y petróleo, a aquel que más sencillo tiene extraerla, en lugar de invertir e innovar para extraer nuestra propia energía del sol, sabiendo que tenemos una posición privilegiada para ello.
¿Qué hubiese ocurrido si Elon Musk no se hubiese atrevido a desafiar el status quo de la enormemente contaminante industria del automóvil creando Tesla? que no habría creado una empresa valorada en 850.000 millones de dólares. ¿Qué habría ocurrido si Satoshi Nakamoto no hubiese creado Bitcoin para desafiar el status quo del dinero fiat controlado por los estados? que no habría surgido la Internet del Valor con un valor actual estimado de 1.600.000 millones de dólares.
Los que critican Bitcoin y anuncian su desaparición en los medios de manipulación masiva, parece que no se han molestado en ver su capitalización, comparada con la del resto de activos del mercado, porque todo ese valor que se ha acumulado tan solo es una representación del interés que tiene mucha gente por desarrollar una alternativa al dinero de los estados y por el camino resolver también el problema de la transferencia de valor.