El precio de Bitcoin
Cuando dejas de interesarte por el precio de Bitcoin y empiezas a preocuparte por la seguridad de tus bitcoins es porque estás en el camino de entender su verdadero valor.
En octubre de 2009, en una casa de cambio online se vendieron 5.050 bitcoins por 5,02 dólares, lo que equivalía a un precio de 1 dólar por cada 1.006 bitcoins. Así se produjo la primera compra de bitcoins con dinero fiduciario. Para calcular el precio se equiparó con el coste de la electricidad que se necesitó en ese momento para minar un bitcoin.
Ahora ocurre a la inversa, los mineros miran el precio al que cotiza un bitcoin para decidir si les trae a cuenta la inversión en ordenadores y energía correspondiente para realizar el proceso de minado, lo cual actualmente resulta muy rentable y todo apunta a que lo seguirá siendo, considerando cómo va evolucionando el precio.
Pero entonces, ¿de qué depende el precio de Bitcoin? un economista de la escuela austriaca diría que exclusivamente de la oferta y la demanda, del interés que tenga la gente por ello y del valor que esto les aporte. Por lo tanto cuanto más valor aporte Bitcoin a la gente más debería subir su precio, especialmente pensando en que al tener una oferta limitada el efecto de la escasez también influirá en su precio.
Sin embargo, un inversor tradicional podría intentar analizar Bitcoin como un activo, el equivalente a una acción de una empresa y buscaría sus fundamentales, su valor intrínseco o aquello que lo respalda. Pero entonces dicho economista acabaría frustrado, porque Bitcoin no tiene nada que ver con eso, sino que pertenece a una categoría de activos completamente diferente, conocida como bienes monetarios, que no puede valorarse utilizando un análisis estándar de descuento de flujo de caja o por la demanda de su uso en la producción de bienes de orden superior. Por lo tanto su valor solo puede establecerse usando la teoría de juegos y a través de ella cada participante del mercado valora el bien en función de sus criterios, de si los otros participantes lo valorarán igual y en cuánto lo valorarán.
Quizás esta es la razón por la que un inversor tan reputado como Warren Buffet considera que “Bitcoin es veneno para ratas”, en primer lugar porque parte de la base de que cualquier cosa que no pueda entender no es una buena inversión para él y a lo que además hay que añadir cosas como que Bitcoin no es una empresa, no tiene CEO, no tiene un consejo de administración, no tiene oficinas, ni trabajadores, … ¿entonces cómo iba a poder hacer una valoración al respecto? sería como intentar ponerle precio al aire, algo que resulta tremendamente valioso para nosotros, pero que al no ser escaso no es necesario tener que valorar.
Imagina ahora que la humanidad se expande por el espacio y acaba habitando en la Luna y en Marte. Allí el aire será un bien escaso, de hecho habrá que fabricarlo, lo cual tendrá un coste, que de alguna forma influirá en su precio. Aunque lo que realmente determinará su valor será la necesidad existente por parte de las personas, las plantas y los animales que allí habiten. La misma reflexión podemos hacer entonces con Bitcoin, como bien escaso, ya que nos ofrece una utilidad como dinero, al ser una herramienta para la transferencia y el resguardo de valor, que por su naturaleza digital ofrece unas ventajas considerables respecto a otras formas de dinero.
El problema es que en las últimas décadas nos hemos acostumbrado a la idea de que el dinero no es un bien escaso, algo que no encaja con la naturaleza de su concepción y que claramente genera problemas como la inflación, que le hace perder una de sus principales utilidades como depósito de valor.
Entonces cuando el dinero solo puede ser usado para ser gastado, la preferencia temporal de la gente sube, porque deja de importarles ahorrar, ya que no ven el sentido de guardar un dinero que pierde su valor con el tiempo, lo cual sumado a las dudas al respecto de si en un futuro podrán cobrar su pensión de jubilación, hace que el sistema comience a resquebrajarse.
Con Bitcoin ocurre todo lo contrario, los que se resisten a la idea dicen que este dinero no va a funcionar porque la gente no querrá gastarlo porque su precio no para de subir. Esto es una excelente manifestación de que la idea de que el dinero solo sirve para gastarlo ha calado tan hondo, que es lógico que haya aún tanta gente que no entienda que es mucho mejor un dinero digital, sin intermediarios, incensurable, inconfiscable, anónimo, escaso, que cada uno libremente puede decidir si lo quiere utilizar y que su valor no se deprecia con el paso del tiempo por decisión de los que lo crean.
Llegados a este punto solo cabe pensar que el precio de Bitcoin dependerá exclusivamente del número de personas que lo usen y a medida que más gente lo use no habrá otra opción que el que su precio suba.
“A medida que crece el número de usuarios, aumenta el valor por moneda. Bitcoin tiene el potencial de un ciclo de retroalimentación positiva; a medida que aumentan los usuarios, el valor aumenta, lo que podría atraer a más usuarios para aprovechar el valor en aumento". Satoshi Nakamoto
Empecemos a hablar de satoshis
Cuando las empresas que cotizan en bolsa comienzan a crecer mucho y el precio de la acción alcanza cantidades significativas, empieza a haber un problema para que los pequeños inversores puedan invertir en esas empresas. Por ejemplo la acción de Tesla ya supera los 1.000 dólares y la de Amazon supera los 3.000 dólares, por lo tanto un pequeño inversor que quiera participar de estos negocios necesita tener como mínimo esos ahorros para poder comprar la cantidad mínima que equivale a una acción.
Es por esto que algunas empresas deciden hacer un split de sus acciones, lo que significa aumentar el número de acciones para reducir su precio, como por ejemplo hizo Apple en 2014 al doblar el número de sus acciones para bajar el precio de cada acción a la mitad y ha vuelto a hacer en 2020 al dividir en cuatro cada una de sus acciones. Así el precio pasa a ser más asequible para los pequeños inversores que solo pueden comprar una o unas cuantas de estas acciones.
Se trata de un efecto psicológico que facilita la entrada de los pequeños inversores en estas empresas, porque piensan que el valor de la acción está relacionado con lo cara o barata que está la empresa, aunque claramente esto no es así, ya que por ejemplo la acción de Tesla vale 10 veces más que la de Apple, pero sin embargo Apple como empresa vale el doble que Tesla. La clave está en pensar en cuánto más pueden crecer las ventas de Apple y Tesla en los próximos años, en lugar de pensar en lo caras o baratas que estén sus acciones.
Por ejemplo en el caso de Apple, una empresa que vendía ordenadores y software, pero que ahora además vende teléfonos y relojes, con el último de los productos que ha lanzado al mercado, los AirPods, puede presumir de vender más de 100 millones de unidades en 2020 con una cifra de negocio que puede rondar los 16.000 millones de dólares. Así, si lo que queremos es decidir si Apple está cara o barata como empresa no tenemos que fijarnos en el valor de sus acciones sino en el del conjunto de ellas y sobre todo en las posibilidades de crecimiento de su negocio.
Del mismo modo en el caso de Bitcoin podríamos dejar de fijarnos en cuánto cuesta una unidad de los 21 millones y empezar a pensar en el valor de los satoshis, que es la forma en la que puede dividirse cada uno de los bitcoins. Así vemos por ejemplo que como 1 bitcoin se divide en 100 millones de satoshis, el precio actual de un satoshi son 0.0005 euros y por lo tanto con 1 euro podemos comprar 2.000 satoshis. Entonces si volvemos al comienzo de este artículo y vemos que en 2009 con 1 dólar se compraron más de 1.000 bitcoins, podríamos estar en la misma situación ahora respecto de los satoshis. La clave estará en pensar cuánto más podrá crecer el uso de Bitcoin en los próximos años y el valor que podrá aportar a la gente este nuevo tipo de dinero, para imaginar cuánto podrá llegar a valer un satoshi.
Otros factores a considerar respecto al precio de Bitcoin
Ahora que ya sabemos que de cara a pensar si el precio de Bitcoin está caro o barato deberíamos dejar de pensar en el valor de cada una de sus unidades y fijarnos en otro tipo de criterios, veamos algunos otros aspectos que están relacionados con su precio y nos pueden ayudar a entender mejor por qué Bitcoin vale lo que vale.
Vendibilidad: se trata de una de las características del dinero, que nos explica la facilidad o dificultad para que un dinero sea aceptado a cambio de productos o servicios. Por ejemplo en cada país la moneda oficial tiene una alta vendibilidad ya que es obligatorio que todos los negocios la acepten, pero cuando sobrepasamos las fronteras esto cambia bastante. Por ejemplo si queremos comprar petróleo en otro país seguramente nos resultará más fácil lograrlo si pagamos en dólares que si pagamos en pesos argentinos. Lo que estará pensando en este punto el que nos venda el petróleo es cómo de fácil le resultará convertir el dinero que nosotros le estamos dando por el que él quiere tener y si en todo este proceso ese dinero podría perder valor con el paso del tiempo. En el caso de Bitcoin la trayectoria de los últimos años nos muestra que la vendibilidad va en aumento, gracias a la liquidez que existe en las casas de cambio y a que la moneda no ha perdido valor a lo largo del tiempo, al contrario, se ha revalorizado más que cualquier otro activo durante este periodo.
Volatilidad: es algo que mucha gente ve como negativo en el caso de Bitcoin, porque genera miedo e incertidumbre al respecto de la pérdida momentánea de valor del patrimonio invertido por parte de una persona, pero que en realidad puede tener también aspectos positivos. En primer lugar tenemos que pensar en que estamos ante un activo en pleno proceso de monetización, por lo tanto igual que hace miles de años variarían mucho los productos que podrían darnos a cambio de determinada cantidad de oro, actualmente es lógico que el precio de Bitcoin fluctúe tanto, ya que aún es algo poco conocido y utilizado, por lo que cualquier noticia o determinadas decisiones por parte de los que tienen mucho invertido puede provocar una gran variación su precio. Además es interesante ver el precio como una señal que Bitcoin manda al mercado al respecto de su interés actual y la utilidad futura, lo cual hace que mucha gente se interese por ello y correspondientemente su adopción vaya en aumento.
Especulación: este es otro de los temas que genera bastante ruido y que hace que la gente se preocupe por ello, ya que en un activo que se revaloriza tanto y que es tan sencillo de intercambiar de manera online, se produce mucha especulación por parte de aquellos que buscan beneficios en el corto plazo. Esto es algo que en sí mismo no aporta valor a aquellos que vemos Bitcoin como algo importante para el futuro, pero sin embargo sí que ofrece una utilidad práctica y es el aumento de la liquidez en el sistema, ya que esos que compran y venden en el corto plazo son los que pueden comprarnos o vendernos sus bitcoins a los que compramos o vendemos pensando en el largo plazo. Así vemos como el precio de Bitcoin funciona como una especie de campaña de marketing viral, donde no es necesario hacer nada de manera proactiva, todo ocurre de manera natural, cuando Bitcoin sube o baja, de forma tan volátil, todo el mundo habla de ello y es la forma en la que se da a conocer.
Conclusión
El precio de Bitcoin es un misterio que sorprende a todo el mundo, pero no debería resultarnos tan extraño si pensamos en su naturaleza como dinero, en la utilidad que puede aportarnos y correspondientemente en el valor que puede llegar a tener algo con el potencial de cambiar tantas cosas a nivel tecnológico, económico, social e incluso político.
Una gran reflexión!
Hola Javier.
Hay qué seguir educando a la ciudadanía con respecto a la utilidad y valor futuro de bitcoin. Estoy totalmente de acuerdo con tus planteamientos constantes en cada artículo que emites.
Ese es el camino a seguir, concienciar a los usuarios de la importancia futura de bitcoin, como unidad de valor.
Cómo siempre gracias por tus comentarios y ha seguir por la misma senda!.
Saludos.