A vueltas con la minería de Bitcoin
¿Alguna vez te has planteado convertirte en minero de Bitcoin? la verdad es que es un tema muy interesante pero en el que surgen muchas dudas que poco a poco debemos ir resolviendo.
Seguro que la mayoría de la gente que ya ha oído hablar de Bitcoin uno de los primeros términos que se ha encontrado es la minería, porque se trata de uno de los aspectos más llamativos del funcionamiento de la criptomoneda. Al fin y al cabo, antes del nacimiento de Bitcoin no existía nada de esta tecnología y desde que se lanzó al mercado se han ido creando los casi 19 millones de bitcoins actuales, por lo tanto de algún sitio han tenido que salir. Lo que ocurre en este caso es que el concepto de qué es un bitcoin y cómo se genera tiene una complejidad bastante alta que hace que se produzcan muchas dudas al respecto.
Por ejemplo, podríamos comparar la creación de los bitcoins con la creación de los nombres de dominio que se utilizan para las webs y para el email. Así vemos que cada vez que alguien quiere crear un dominio para su web, por ejemplo un .com, se va a generar un registro por parte de una entidad llamada ICANN que se trata de una entidad centralizada, lo cual se diferencia en el caso de Bitcoin, ya que en lugar de existir una única entidad que se responsabiliza de ese registro de los bitcoins, son una serie de nodos, llamados mineros, los que de manera descentralizada realizan ese trabajo.
Así que ya sabemos que una de las funciones de los mineros es realizar un primer registro al respecto de la propiedad de cada uno de los bitcoins existentes y por lo tanto en el momento en el que un bitcoin es registrado por primera vez es cuando podemos decir que ha sido creado. Aunque en realidad lo que está ocurriendo es que en ese libro contable descentralizado que es la blockchain aparece un nuevo registro en el que se indica que a un minero determinado le corresponde un bitcoin y a partir de ese momento ese bitcoin ya puede comenzar a circular en el mercado si el minero decide venderlo.
Pero la realidad es que la función principal de la minería de Bitcoin no es crear las diferentes unidades de la criptomoneda sino que realmente este es el incentivo para que los mineros realicen la función de registrar las transacciones en la cadena de bloques y además lo hagan aportando una gran cantidad de trabajo, en forma de energía, lo cual es la garantía necesaria para asegurar que están actuando de manera honesta. Y aquí es donde está el meollo de la cuestión, y donde más dudas o confusiones se generan, en entender realmente por qué es necesario que los mineros realicen esos cálculos matemáticos tan tediosos que forman parte de la prueba de trabajo, para lo cual tienen que usar unos ordenadores llamados ASIC, que han sido diseñados específicamente para ello y que consumen mucha electricidad.
A este respecto, la explicación más adecuada que he encontrado hasta ahora sobre cómo funciona la minería de Bitcoin nos la ofrece el libro Inventemos Bitcoin y lo hace de la siguiente forma:
¿Y si celebrásemos una lotería donde pudiésemos seleccionar a alguien aleatoriamente cada vez que quisiésemos escribir una entrada en el libro de registro?
Veamos cómo quedaría el borrador de nuestro diseño:
Cualquiera en el mundo puede participar. Decenas de miles de personas pueden unirse a la lotería de mantenedores del libro de registros.
Cuando queremos enviar dinero, anunciamos a toda la red las transacciones que queremos llevar a cabo, tal y como hemos hecho hasta ahora.
En vez de hacer que todo el mundo escriba las transacciones, utilizamos la lotería para ver quién ganará el derecho de escribir esta transacción en el libro de registros.
Cuando seleccionamos un ganador, esta persona escribe todas las transacciones en el libro, que acabe de escuchar.
Si la persona escribe transacciones válidas en el libro de registros cumpliendo las reglas definidas por todos los demás participantes, se les paga una comisión.
Todo el mundo mantiene una copia del registro, añadiendo información producida por el último ganador de la lotería.
Esperamos un poco para que la mayor cantidad de gente actualice su libro de registros con la última entrada, y ejecutamos la lotería nuevamente, inmediatamente después.
Tenemos que asegurarnos que aquellos que realizan el registro de las transacciones en la cadena de bloques están actuando de manera honesta y por lo tanto tenemos que construir un sistema que implique que les resulte más beneficioso contribuir al sostenimiento de la red, en lugar de atacarla para obtener un beneficio de ella. De esta forma la prueba de trabajo y todo lo que implica en cuanto a inversión en máquinas y energía, sería como participar en una lotería, donde para poder formar parte es necesario comprar unos boletos y el coste de estos es la inversión que los mineros tienen que realizar para poder participar en el sorteo. Entonces todos los mineros se dedican a realizar esos tediosos cálculos matemáticos pero solo a uno de ellos le toca esa lotería, que es poder crear un nuevo bloque con las transacciones y recibir como premio el nuevo Bitcoin que se ha creado, además de las comisiones correspondientes a las transacciones registradas.
Así lo explica el propio Satoshi Nakamoto en su paper: por convención, la primera transacción en un bloque es una transacción especial con la que comienza una moneda nueva, propiedad del creador del bloque. Esto añade un incentivo a los nodos para soportar la red, y proporciona una forma de poner las monedas en circulación, dado que no hay autoridad central que las distribuya. La adición estable de una constante de monedas nuevas es análoga a los mineros de oro que consumen recursos para añadir oro a la circulación. En nuestro caso, es tiempo de CPU y electricidad lo que se gasta. El incentivo también se basa en las comisiones por transacción. Si el valor de salida de una transacción es menor que el valor de entrada, la diferencia es una comisión por transacción que se añade al valor de incentivo del bloque que contiene la transacción. Una vez que un número predeterminado de monedas ha entrado en circulación, el incentivo puede evolucionar hacia comisiones de transacción y estar completamente libre de inflación. El incentivo puede ayudar a que los nodos permanezcan honestos. Si un atacante codicioso fuera capaz de reunir más potencia CPU que la de todos los nodos honestos, tendría que escoger entre usarla para defraudar a la gente robándoles los pagos recibidos, o usarla para generar nuevas monedas. Debe encontrar más rentable respetar las reglas, esas reglas que le favorecen entregándole más monedas nuevas que a todos los demás en conjunto, que socavar el sistema y la validez de su propia riqueza.
Entonces una vez que sabemos cuál es el sentido de la minería, la prueba de trabajo y la alta inversión que hay que realizar en equipos informáticos y energía, llega el momento de pasar a la siguiente pregunta, la cual es una de las dudas más comunes entre aquellos que se adentran en el estudio de Bitcoin. Se trata de saber si cuando se hayan creado todos los bitcoins, allá por el año 2140, o cuando queden ya pocos bitcoins por minar, seguirá valiendo la pena realizar este trabajo, porque al menos ahora sabemos que minar sí que resulta rentable si podemos acceder a energía eléctrica barata. Así que con el tiempo tendremos que ir viendo si la evolución del precio de Bitcoin respalda las necesidades de seguridad de la red que aportan los mineros y por otro lado cómo va evolucionando el tema de las comisiones por registrar las transacciones en la cadena de bloques, lo cual será el único beneficio que reciban los mineros una vez que se hayan generado todos los bitcoins.
Razones para convertirte en minero de Bitcoin, más allá de la rentabilidad actual
Ahora que hemos expuesto la base sobre la que se sustenta la minería de Bitcoin vale la pena reflexionar al respecto de por qué tiene sentido plantearse convertirse en minero, más allá del incentivo en el corto plazo que supone tener la posibilidad de recibir alguno de los bitcoins que se van poniendo en circulación cuando se crean los nuevos bloques, lo cual hace que actualmente se pueda decir que la minería es un buen negocio.
Contribuir al sostenimiento de la red descentralizada más grande, robusta y valiosa del mundo debería ser el principal aliciente para convertirse en minero, aunque pueda parecer un poco idealista en primer término, como ocurre cuando pensamos en tener nuestro propio nodo de Bitcoin, en este caso hay un incentivo mucho mayor, incluso desde el punto de vista económico. Gracias a cómo está articulado el mercado de la minería, con la posibilidad de entrar a formar parte de un pool de minería en el que se te paga por la capacidad de cómputo que aportas, la seguridad de que vas a obtener un beneficio es total, ya que son los propietarios del pool los que están asumiendo el riesgo que supone participar de la “lotería” en la que se entregan los nuevos bitcoins. Lo que ocurre es que en ese caso es que los pools son tan grandes y están tan profesionalizados que tienen muy bien hechas sus cuentas para que todo cuadre y al final también puedan tener un importante beneficio. Entonces lo que vemos en este punto es que como mineros nos estamos posicionando a la cabeza de todos aquellos que forman parte de este ecosistema, somos los primeros en acceder a los bitcoins que se van creando y sabemos que la red se sostiene gracias a nuestra aportación. A partir de ahí surgirán muchas más ventajas según vaya ganando terreno Bitcoin como sistema monetario del ciberespacio.
El ajuste de dificultad ha sido considerado como una de las invenciones más ingeniosas de Satoshi Nakamoto y se presenta como un excelente ejemplo de teoría de juegos, donde los incentivos atraen a un mayor número de competidores, lo cual hace que aumente la complejidad del modelo y correspondientemente la seguridad de la red. Del mismo modo debería ocurrir con lo relativo al modelo de negocio de la minería que provenga de las comisiones, ya que la utilidad principal que está tomando Bitcoin como reserva de valor, implicará que a medio o largo plazo cada vez haya más gente y empresas que tengan una parte importante de su patrimonio en la criptomoneda. De esta forma será tan grande el valor contenido en la red, que aunque las comisiones sean muy pequeñas, el volumen de las transacciones será tan alto que el negocio resultará enorme. Y aunque esto sean solo suposiciones, no parece una locura pensar en lo beneficioso que puede resultar estar en primera línea de actividad de un ecosistema que acaba atrayendo una parte muy importante de todo el valor de la economía que se genera a nivel global. Una economía que no para de crecer y que cada vez será más digital.
Estar en primera línea de actividad dentro de la red de Bitcoin también puede aportarnos un importante valor a nivel de aprendizaje e innovación en el medio o largo plazo, algo que cada vez se mostrará más relevante en el marco de una nueva economía basada en el conocimiento. Porque Bitcoin materializa de manera excelente el valor que tienen las ideas, por ejemplo en lo relativo al código fuente que hace funcionar el software, por ejemplo el de Bitcoin, valorado actualmente en cientos de miles de millones de dólares. De esta forma al participar de manera proactiva de este ecosistema estaremos construyendo para nosotros una enorme base de conocimiento de la que podremos salir muy beneficiados en el futuro gracias al desarrollo de la Internet del Valor. Y aunque esto ahora pueda parecer un poco abstracto, la realidad es que podría resultar incluso más valioso todo ese conocimiento adquirido que el propio valor de los bitcoins minados, especialmente si pensamos en la enorme cantidad de nuevos productos y servicios que podrán construirse sobre este nuevo sistema económico virtual.
Si tienes un tejado podrías convertirte en minero de Bitcoin gracias a la energía solar
Ahora bien, cómo de factible es convertirte en minero de Bitcoin, por ejemplo si estás en España, porque seguro que has oído todo tipo de cosas al respecto de que antes cualquiera con su CPU podía minar bitcoins, que luego fue necesario tener una GPU y que ahora si no tienes un ASIC no vas a resultar competitivo. Y todo esto es cierto, aunque a veces parece que la minería está reservada exclusivamente a las grandes empresas, lo cual es un mito que deberíamos desterrar si queremos aprovechar todo lo bueno que hemos visto que podría aportarnos convertirnos en mineros de bitcoin.
Un buen ejemplo de esto es el caso de Lunaticoin, uno de los mejores divulgadores en español sobre Bitcoin, que tras dedicar varios años a estudiar todo lo relativo a esta tecnología, recientemente se ha lanzado también a realizar minería, algo que ha explicado en una entrevista, lo cual le ha permitido dejar de tener que comprar la criptomoneda para producirla por sí mismo y como él dice, intercambiando electricidad por Bitcoin. Entonces ahora que es minero está haciendo también una gran labor para dar a conocer que realmente en España, aún con lo cara que es la electricidad, se puede realizar minería de bitcoin en solitario si recurrimos para ello a la energía solar fotovoltaica.
Ahora bien, si te lanzas a esta aventura de comprar tu propio ASIC, realizar una instalación fotovoltaica en tu casa para proveer de energía barata al minero de Bitcoin y entras a formar parte de uno de los muchos pools de minería existentes, el último eslabón de la cadena será el tema del aislamiento térmico y acústico de las máquinas. Porque como supongo que sabes, los ASIC se calientan muchísimo y hacen también mucho ruido, para lo cual cada vez se están buscando soluciones como las que pueden provenir de la refrigeración líquida, algo que podría hacer que se popularice mucho más la minería en solitario, si logramos eliminar de la ecuación ese problema del calor y el ruido.