Recuerda pues que, si tu crees libres, a las cosas por naturaleza esclavas, y propias, a las que dependen de otro; encontrarás obstáculos a cada paso, estarás afligido, alterado, e increparás a Dios y a los Hombres. En cambio si tu tienes, a lo que te pertenece, como propio y, a lo ajeno como de otro; nunca, nadie, te forzará a hacer lo que no quieres ni te impedirá hacer lo que quieres. No increparás a nadie, ni acusarás a persona alguna; no harás ni la más pequeña cosa, que no desees; nadie, entonces, te hará mal alguno, y no tendrás enemigos, pues nada aceptarás que te sea perjudicial.
Este texto del filósofo griego de la escuela estoica Epicteto, nacido en el año 55 en Hierápolis y que vivió parte de su vida como esclavo en Roma, debería servirnos para reflexionar hasta qué punto es un error que sigamos viendo el dinero que emiten los estados, el dinero fiat, como algo nuestro, como algo que nos pertenece y sobre el cual tenemos unos derechos adquiridos. Porque realmente es su dinero, no el nuestro. Lo imprimen ellos, lleva su sello, le aplican un señoreaje, está sometido a la implacable inflación y está diseñado básicamente para pagar impuestos, luego si eso ya dejarán algo a la gente para que pueda vivir.
Realmente me arrepiento de haber vivido tantos años engañado pensando que el dinero que ganaba con mi trabajo era mío, con la cantidad de veces que he escuchado en la Iglesia “al César lo que es del César” y no me daba por aludido, porque lo que realmente quería transmitir Jesucristo era que él no tenía nada que ver con ese dinero, el dinero del gobierno no le incumbía y por eso prefería mantenerse apartado de él, al igual que deberíamos hacer nosotros.
Luego enviaron a Jesús algunos de los fariseos y de los herodianos para tenderle una trampa con sus mismas palabras. Al llegar le dijeron: Maestro, sabemos que eres un hombre íntegro. No te dejas influir por nadie porque no te fijas en las apariencias, sino que de verdad enseñas el camino de Dios. ¿Está permitido pagar impuestos al césar o no? ¿Debemos pagar o no? Pero Jesús, sabiendo que fingían, les replicó: ¿Por qué me tienden trampas? Tráiganme una moneda romana para verla. Le llevaron la moneda, y él les preguntó: ¿De quién son esta imagen y esta inscripción? Del césar, contestaron. Denle, pues, al césar lo que es del césar, y a Dios lo que es de Dios. Y se quedaron admirados de Él. Del santo Evangelio según san Marcos 12, 13-17
Lo que ocurre es que vivimos en un modelo de sociedad, el llamado estado del bienestar, que queda muy bien en los discursos políticos pero que realmente es la principal causa de las desigualdades sociales. Mejor muchos pobres a los que mantener controlados y unos pocos ricos que sostengan el estado con sus impuestos. Así que el error es nuestro por no haber sido capaces de articular una economía con suficiente autonomía del estado como para que no pueda ejercer un control total sobre ella.
Entonces ahora es el momento de construir sobre Bitcoin una economía completa, tal y como propone el Agorismo, lo cual no tiene que suponer dejar de pagar impuestos porque tenemos impuestos de sobra como para mantener un estado que sea gestionado de manera eficiente. Quizás así cuando vean que es insostenible mantener la estructura que tienen montada y ya no sea posible pagarles el iPhone a los políticos, las cosas empiecen a cambiar. O seguramente no, porque la verdad es que yo ya he perdido toda esperanza de que haya otra solución que no sea derribar el estado desde los cimientos.
Estoy de acuerdo y se hace complicado pensar que vamos a poder seguir como estamos.
El tamaño del Estado, su coste y la ineficiencia con la que se gestiona la cosa pública, parece ya evidente.