Sirva este artículo como agradecimiento a los autores y traductores del libro El individuo soberano, que han puesto negro sobre blanco la necesidad de la sociedad de disponer de un dinero que no esté al servicio por los intereses particulares de los políticos, sino al de los ciudadanos.
Cuando el Estado se vea incapaz de cumplir con los gastos a los que se había comprometido al subir los impuestos, recurrirá a otras medidas más desesperadas. Una de ellas es imprimir dinero. Los gobiernos se han acostumbrado a disfrutar de un monopolio sobre una moneda que pueden depreciar a voluntad. Esta inflación arbitraria ha sido una característica destacada de la política monetaria de todos los Estados del siglo xx. Incluso la mejor moneda nacional de la posguerra, el marco alemán, perdió el 71 % de su valor desde el 1 de enero de 1949 hasta finales de junio de 1995. En el mismo período, el dólar estadounidense perdió el 84 % de su valor. Esta inflación tuvo el mismo efecto que haberle cobrado un impuesto a todos los que tenían esta moneda. Como exploraremos más adelante, la inflación como opción de ingresos será en gran medida eliminada gracias a la aparición del ciberdinero. Las nuevas tecnologías permitirán a los poseedores de riqueza eludir los monopolios nacionales que han emitido y regulado el dinero en el período moderno. De hecho, las crisis crediticias que se extendieron por Asia, Rusia y otras economías emergentes en 1997 y 1998 atestiguan el hecho de que las monedas nacionales y las calificaciones crediticias de los países son anacronismos adversos al buen funcionamiento de la economía global. Como el ejercicio de la soberanía implica que todas las transacciones dentro de una jurisdicción se realizan en una moneda nacional, esto expone a los banqueros del emisor a cometer errores y a ser atacados por los especuladores, que han precipitado crisis deflacionarias en una jurisdicción tras otra. En la era de la información, los individuos podrán utilizar las cibermonedas y por lo tanto declarar su independencia monetaria. Cuando los individuos puedan manejar sus propias políticas monetarias a través de la red, importará poco o nada que el Estado continúe controlando las imprentas de dinero de la era industrial. La injerencia que tenga sobre el control de la riqueza mundial será superada por algoritmos matemáticos que no tienen existencia física. En el nuevo milenio, el ciberdinero controlado por los mercados privados reemplazará al dinero autorizado y emitido por los gobiernos. Solo los pobres serán víctimas de la inflación y los consiguientes colapsos de deflación, que son consecuencia del apalancamiento artificial que el dinero fiduciario inyecta en la economía.
También me gustaría aprovechar para recomendar el vídeo La Gran Resistencia, realizado por tip y cuya traducción realizada por Arkad podemos leer a continuación.
Introducción
A lo largo de la historia, la civilización da lugar a poderes centrales con capacidad para crear dinero. Una y otra vez, el afán de ganar influencia sobre la creación de dinero supera los incentivos del trabajo real. La confianza comienza a erosionarse en la gobernanza centralizada, que inevitablemente sucumbe a la corrupción y la devastación. Hasta que un día, la humanidad descubre un dinero que puede resistir a los poderes centrales, dando paso a una era de prosperidad.
Parte I: Génesis
Al borde de la ruina financiera, los poderes centrales tomaron la decisión de conjurar un nuevo dinero y dárselo a sus instituciones, provocando la dilución a costa de la población, rompiendo así con la confianza que nos vimos obligados a depositar en ellos. Entonces surgió un protocolo, distribuido, inmaculado, donde su resistencia a la coerción impide la gobernanza centralizada. Pero al ganar tracción llegó el problema del escalado, los grandes mineros y las casas de intercambio presionaron para hacer cambios, con los beneficios en riesgo exigieron una solución rápida mientras comprometían la resistencia de todo el protocolo. Esto puso a prueba la resistencia a las presiones de las corporaciones beligerantes que tomaron la decisión de implementar una solución de arriba hacia abajo, en contra de la constitución, su enfoque fue la exclusión, su caída fue la ignorancia. Paralelamente, surgió una campaña de base inconformista, impulsada por los usuarios en los dominios públicos con su enfoque total para determinar una solución opt-in dentro de las limitaciones existentes, y esta resistencia se mantuvo, su postura no decayó. Hasta que llegó un avance llamado SegWit, una actualización técnicamente elegante, computacionalmente eficiente y una mejora compatible. El mecanismo de consenso defendió el sistema contra la coacción central, y en ese momento, David derrotó a Goliat. Aunque los problemas de escala se resolvieron, Goliat ahora anhelaba más control.
Parte II: Porción del Pastel
El atractivo de los nuevos protocolos era demasiado para resistirse, ahora podían tomar el control y suprimir la disidencia de los usuarios. Una oportunidad para enriquecer a los que están atrincherados a través del sistema de gobierno de la participación. Cuanto más ganan, más se juegan y se mantienen a la cabeza del juego. Este sistema, su feudo, lo gobiernan por decreto. Los cambios por comité añaden complejidad y ahora las grandes entidades dirigen sus consultas. Su patrimonio se vende como una forma de liberar a la sociedad. Atrapados por la duplicidad, la confianza es vulnerabilidad. Con el tiempo, las creaciones centralizadoras se arrodillan ante los titulares de turno, utilizando la regulación para restringir la competencia y controlar los mercados libres. Las grandes corporaciones y el gran gobierno se confabulan para llegar al feudalismo preservando la misma estructura de castas, el mismo sistema de clases. Explotando a aquellos que gastan su energía en la esperanza perdida del trabajo duro y las buenas intenciones. Tener una parte del pastel hace que el poder político sea la mayor ambición de la sociedad.
Parte III: Energía
Mientras tanto, la energía corta el vínculo entre el dinero y el poder abstracto. Si su creación nos cuesta energía y horas, el dinero no puede producirse sin cesar a costa de los que no tienen poder. El valor por el valor permite un mundo construido sobre el mérito. La energía cimienta la resistencia del protocolo a la corrupción en el código que sostiene los bienes más escasos, permitiendo nuestro ahorro, que es la base para construir nuestro mundo que estamos formando individualmente, de manera que los planificadores centrales ni siquiera pueden concebir. Sólo satisfacemos nuestras necesidades mediante técnicas de libre mercado. El uso de la tecnología, el uso de nuestra energía, es la forma en que nuestra especie progresa para convertirse en una sociedad más civilizada. Nuestro universo mantiene una cantidad constante de energía en existencia. Por lo tanto, la energía nunca se desperdicia, sólo cambia su forma. El gas quemado, la energía nuclear y las explosiones volcánicas se capturan y se convierten en electrones que alimentan los cálculos computacionales necesarios para asegurar y hacer funcionar nuestro sistema monetario independiente. Un proceso natural y competitivo, que recompensa la eficiencia y el progreso, y que impulsa la inversión que permite el avance en el abastecimiento de energía y la independencia de la nación. Amenazando las formas actuales de gobierno. El engaño es su último esfuerzo para mantener a las víctimas trabajando para un sistema injusto. Pero en medio de la conmoción, la señal se intensifica lenta y constantemente...
Parte IV: Prosperidad
... dirigiendo a más y más personas hacia el esfuerzo humanitario más importante de la historia. Individuos, comunidades y países unen sus fuerzas para construir, enseñar y comerciar. Sin líderes, pero alineados por una visión más amplia que surge de un protocolo que nos permite resistir… La fuerza de un sistema monetario centralizado, politizado y destructivo, que se utiliza como autoridad para reducir las libertades y los medios de vida de las personas pacíficas para alimentar al complejo militar-industrial hambriento de poder que perpetúa el ciclo de guerra y sufrimiento para beneficiar a las partes interesadas de su sistema desviando nuestra energía hasta que la sociedad se derrumba bajo el peso de su codicia. Pero ahora tenemos una alternativa. Un ecosistema virtuoso construido sobre la base de la incorruptibilidad forjada por la robustez de la energía y la transparencia del código abierto para defender nuestra energía almacenada fuera del alcance de los poderes centrales, permitiendo que nuestra riqueza florezca con certeza en el tiempo, liberándonos para explorar mayores ambiciones. A través del estado programable de la energía y la interoperabilidad de nuestras interacciones, el valor fluye libremente con finalidad de unos a otros a través del planeta y más allá. Una vez que elijamos la neutralidad y la verdad como pilares del valor para nuestra sociedad, reinstauraremos la esperanza y la armonía en la humanidad y comenzaremos nuestro viaje hacia una era de prosperidad con Bitcoin.