Un hombre salvaje que camina por el bosque siente sed y se dirige a beber a un río. Al llegar observa que hay otro hombre bebiendo, pero está de espaldas. Entonces agarra una roca y golpea al otro hasta que lo mata.
Esto es así, porque según el filósofo Thomas Hobbes (1588-1679), el hombre es malo por naturaleza, o dicho de otra forma, que el estado del hombre es el estado de guerra, en el cual cada persona tiene el derecho natural o libertad para hacer cualquier cosa necesaria para preservar su vida. Una vida que por cierto para el propio Hobbes es solitaria, pobre, asquerosa, bruta, y corta, lo cual le lleva irremediablemente a vivir en ese estado de guerra de todos contra todos.
Menudo panorama.
Del otro lado de la moneda nos encontramos la filosofía de John Locke (1632-1704) que expone que ante la misma escena, el hombre que siente sed al ver al otro hombre simplemente se marcha a otro lado a beber, porque ante el hipotético caso de que el otro fuera violento, mejor será evitar posibles problemas.
Bajo esta forma de pensar de Locke en el estado de naturaleza todos los hombres son libres, para que cada uno ordene sus acciones y disponga posesiones y personas como juzgue oportuno, dentro de los límites de la ley de la naturaleza, que es la razón. En este contexto ninguna persona debe dañar a otra en lo que atañe a su vida, salud, libertad o posesiones.
Un inciso antes de continuar, no es por criticar a Hobbes, aún, pero su visión sobre el materialismo mecanicista es para echarle de comer a parte. Ya que esta teoría expone que la naturaleza de todo lo que existe en el mundo es exclusivamente física y no deja espacio a la existencia de otras entidades naturales, como la mente y el alma. De esta forma todos los animales, inclusive los humanos, no somos más que máquinas de carne y hueso.
Dicho esto, ¿no os parece muy triste que la sociedad moderna, o más bien el Estado, tal y como lo conocemos, se haya construido sobre las ideas de Hobbes? así se explica perfectamente lo de que el Estado ostenta el monopolio de la violencia, porque en base a esta manera de pensar, si no fuera así, nos estaríamos matando todo el día entre nosotros. Y por lo tanto la principal función del Estado es evitar la guerra civil que irremediablemente nos llevaría a la autodestrucción.
¿Y tú qué opinas?
Mi opinión es que el estado de naturaleza del hombre no es de guerra sino de libertad. Lo cual no implica que no existan guerras, porque el mal existe y puede aflorar en cualquier momento en la mente de las personas, que precisamente llevadas por esas idea errónea de que el hombre es malo por naturaleza, actúan en base al miedo y no a la empatía.
Ahora bien, en el hipotético caso de que Hobbes estuviera en lo cierto y fuera Locke el confundido, probablemente una de las mejores cosas de Bitcoin es que está ideado para contemplar ambas opciones y protegernos por un lado del Estado y luego de nosotros mismos si es que acabamos siendo los malos.
Bitcoin nos protege del Estado, porque le quita de las manos una de las principales armas que tiene para controlarnos, la inflación. Ese impuesto silencioso que merma la capacidad de ahorro de los ciudadanos y permite que la mayoría se vuelvan dependientes de los subsidios del Estado.
Luego Bitcoin nos protege de los que realmente son malos y no me refiero a los políticos que perpetúan el Estado a través de la mentira, sino de los que consideran que su beneficio es mayor destruyendo lo que otros han creado que contribuyendo a mejorarlo. A estos lo que Bitcoin ha demostrado es que resulta inexpugnable para ellos.
Y finalmente Bitcoin también puede protegernos de nosotros mismos, de la sociedad en general, porque llegado el caso de que realmente nuestro estado natural sea el de Guerra, el diseño del mecanismo de consenso y del sistema de incentivos ha demostrado ser tan robusto que incluso resiste los ataques masivos de grupos organizados en su contra.